Fue una experiencia en donde todos se volvieron hermanos y aprendimos a confiar en los demas.
Pampallacta fue un hermoso lugar en el cual logramos mirar otra realidad, ayudar a las personas de esa comunidad, poder compartir nuestras alegrías, tristezas y experiencias como hermanos fortaleciendo nuestro espíritu misionero y vocación cristiana .Esos 10 días que compartimos con nuestros hermanos de distintos instituciones educativas De La Salle, animadores y director de comunidad serán inolvidables y hoy cada uno en sus hogares llevaran esos recuerdos por siempre en su memoria y ojala no queden solo allí lo que aprendimos sino que lo pongan en práctica porque nuestra misión no termino en Pampallacta sino recién ha comenzado.
oe guelac sale mi cometario
ResponderBorrarsii, si sale chai-piraña :p
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